Decidida, algo excéntrica, le gusta abusar del sarcasmo y tomarse casi todo a broma. No ha tenido una vida fácil (¿quién sí?) pero prefiere esconder todos sus problemas detrás de una sonrisa. No le gusta hablar de sí misma, siempre encuentra la manera de hablar mucho sin que nadie sepa nada de ella al final de la conversación. De eso deriva su talento para manipular a los demás a través de sus palabras. Les hace creer lo que ellos quieren y en realidad los está guiando a su antojo como si fuesen ovejitas.

Es egoísta. Tiene muy anclada a sí la idea de lo que le "pertenece" y lo que "es suyo" y lo defiende con dientes y uñas, no quiere compartirlo con nadie. Esa lista la encabezan su familia y Grenzel, las personas a las que considera las piezas fonamentales de su vida. Si alguno de ellos desapareciese su vida se desmoronaría por completo. Además de sus padres y sus dos hermanos, cuando dice "familia" también se refiere a su gato, Snow, la cosita más mona del mundo entero según Finn. Su nombre es una espécie de broma para toda su familia. En realidad entre Larry, Finn y Fay le pusieron ese nombre porque es totalmente blanco. Solo después se dieron cuenta de la graciosa referencia al presidente de Panem.

Es muy reticente a los cambios, tiene esa idea de que algunas cosas están bien tal y como están, y que la evolución solo tiene una posible meta: la destrucción. Por lo que se define a sí misma como "conservadora". Aunque por una parte valora enormemente la sinceridad, no duda en mentir siempre que sea necesario. Se le da muy bien, pero eso no significa que después no tenga remordimientos por ello. No es perfecta, -nadie lo es-; ella misma se da cuenta de que comite errores cada dos por tres; a causa de algunos de ellos le dan ganas de darse cabezazos contra la pared por lo estúpida que se considera por haber hecho o dejado de hacer algo. Tiene la mala costumbre de darle mil vueltas a según qué asuntos hasta llegar al punto de visualizar en su cabeza una vez detrás de otra los momentos más dolorosos o vergonzosos de su vida como si al hacerlo pudiese arreglar el pasado; otras veces habla antes de pensar y después se la carcomen los remordimientos.

Desde muy pequeña sus padres le han inculcado algo que es uno de los pilares de su vida: confiar en su instinto; por lo que aún sin saber algo con certeza lo dice/hace si en el fondo siente que es lo correcto. Lo sabe por experiencia; alguna vez ha omitido lo que su instinto prácticamente le gritaba y no ha salido bien la cosa, mejor dicho, todo lo contrario.


Recuerda que en su niñez, lloraba a pleno pulmón cuando Larry le rompía un juguete o tropezaba y se caía de bruces en el suelo. Su madre se agachaba para estar a la altura de los ojos de la pequeña, la miraba con una cara completamente seria y le pedía que le prestara mucha atención. "Tienes que ser fuerte, pequeña," le decía con una voz severa. "Guarda las lágrimas para cuando estés en casa, no les muestres que eres vulnerable," una mirada suya hacia atrás, a lo lejos, le bastaba para saber que se refería a los niños que se creían mejores que ella, a los futuros Agentes de la Paz, al gobierno del Capitolio -eso último no lo supo hasta mucho después-. "Tienes que ser fuerte porque puede pasar cualquier cosa y entonces, cuando estés sola, ¿qué harás?" Finn recuerda la cantidad de veces que su madre le decía que tenía que estar preparada para cuando su padre y ella no estén, que cualquier día podría quedarse sola, con sus hermanos o sin ellos.

Al principio la miraba sin entender; poco a poco se fue dando cuenta del mundo en el que vive, lo cruel y despiadado que puede ser si te encuentras en el lado equivocado. A medida que fue creciendo -y captando partes de conversaciones cuando creían que nadie escuchaba- comprendió que las ideas que compartían sus padres acerca del presidente Snow -y el gobierno en general- no eran las más seguras si querías seguir vivendo en paz.

Sus antepasados formaban parte del primer grupo en incitar la rebelión que llevó Panem a los Días Oscuros. Quién conoce esta información los ve como traidores, pero asume que eso fue hace mucho y ese tipo de pensamiento está extinguido. Dentro de la familia, sin embargo, los siguen viendo como héroes, y más de uno espera el momento adecuado para volver a plantarle cara al Capitolio. Nadie sabe cuándo será eso. Podrían ser semanas de espera, o podrían ser meses, o años. Lo que está claro es que cada vez hay más gente que no está satisfecha con el actual mandato, a muchos les han arrebatado lo que más apreciaban; aparte de eso, los Juegos del Hambre están destrozando familias enteras año tras año.

Estas fueron las últimas palabras que oyó el único tributo que se interponía entre ella y la victoria. Era de su mismo distrito. Entre ellos dos planearon la estrategia de unirse a los tributos profesionales y masacrar a los demás, y cuando aún quedaran algunos debiluchos empezaron a matar a los de su mismo grupo en lo que parecían "accidentes". Los que aún quedaban vivos pensaban que el responsable era alguien de fuera del grupo, ya que tanto Finn como su compañero fingieron estar al borde de la muerte más de una vez para evitar sospechas. Se las ingeniaron para engañarlos a todos, pero no se plantearon qué pasaría cuando solo quedaran ellos dos. Bueno, Phoenix sí lo hizo; engatusó a su compañero para que creyera lo contrario. Ayudó -o puede que no- el hecho de que ellos dos se conocían desde que eran pequeños.

Tenía un hermano gemelo, Grenzel. Estaban en la misma clase en el colegio. Cuando salían por ahí siempre estaban ellos tres y el hermano mayor de Finn, Lawrence. Prácticamente inseparables. Hasta que llegó la adolescencia y trajo consigo los sentimientos extraños, las hormonas, la confusión... Ni siquiera se dieron cuenta de cuando ese cariño y aprecio se convirtió en amor. Ambos gemelos estaban enamorados de ella sin siquiera pretenderlo. Simplemente pasó. Entonces Finn se encontró en un aprieto. Cuando los tres tan solo eran amigos, ella ya sentía algo más por Grenzel, y lo ocultó tanto tiempo como pudo. En un momento u otro, Peter se dio cuenta. Le dolió. Finn sabía cuánto le dolió. Aún así, él no lo mostró; es más, siempre decía que le encantaba verles juntos. Llegó la Cosecha, Phoenix salió elegida como tributo, nadie se ofreció voluntario para ocupar su lugar. Para los de su distrito era un orgullo ser elegidos. Para ella, no. Llegó el turno de los chicos, e incluso antes de que el representante del Capitolio se acercara a la urna, Peter gritó a pleno pulmón que se presentaba voluntario. La multitud lo aclamó y vitoreó como con todos los voluntarios. En el estrado, estrechándole la mano, Finn pudo leer claramente lo que le decían los ojos de Peter. "Si no puedes amarme, tendrás que matarme." Y lo hizo.


Nunca ha llamado a sus padres "papá" o "mamá". Desde siempre han insistido que los llamase por su nombre, igual para Finn que para sus hermanos.

Le da un poco de miedo su padre cuando está enfadado; de pequeña, cuando se equivocaba en algo, se portaba como una maleducada, etc. y ponía a su padre de los nervios éste la pegaba. Lo único que su madre hacía al respecto era apartar la mirada. Lo que más le dolía era que sabía que se lo merecía. Larry pensaba que era el único al que le sucedía, pero un día lo descubrió y se interpuso entre ambos, recibiendo un golpe que iba para Finn. Faith no sabe nada al respecto, y entre Larry y Finn se encargan de vigilar que no le suceda lo mismo que a ellos. Saben que su padre es un buen hombre y que los quiere, y que hace lo que hace porque cree que es la mejor solución y porque fue educado así, pero no pensaban permitir que le pusiera una mano encima a Fay.

Admira a Lawrence, su hermano mayor, por la fuerza de voluntad que muestra, lo fácil que le es hablar con los demás, y hacerse escuchar delante de un grupo de personas. En ese aspecto se parece mucho a su padre. Ambos han aprendido a valorar los vínculos de sangre y aprecian el que hay entre los tres. Por alguna razón, es muy diferente la manera en la que se llevan entre los dos y con su hermana pequeña. Porque además de "hermanos" son muy amigos, son el uno para el otro la primera persona en la que confían y no hay secretos entre ellos. Bueno, lo habitual es que no los haya. Suelen pelear en plan broma, casi nunca en serio.