El distrito 12, un lugar bastante triste a mis ojos, no porque lo sea, si no porque es un sitio demasiado gris y apagado para mi gusto; no digo que prefiera lugares como el Capitolio, ostentosos hasta rozar la ridiculez, antes de tener que vivir allí me pegaría un tiro, o varios, si es necesario. Lo cierto es que cualquier sitio distinto al 7 se me antoja extraño, cada día me gusta menos alejarme de mi hogar.
No se en que estaban pensando cuando me mandaron aquí. El alcalde quería que me encargara de tratar varios asuntos, que técnicamente, eran cosa suya. A veces me pregunto que demonios les lleva a pensar que los vencedores también tenemos que ocuparnos de sus labores ¿no era ya suficiente que el Capitolio nos obligara a ser mentores? ¿Qué pasa, ahora también somos recaderos? Hay que ser optimistas y mirar el lado bueno de esto último, por lo menos, no tengo que guiar a unos niños a una muerte segura.

Chasqueo la lengua mientras salgo del ayuntamiento tras un par de tediosas horas allí metido, me he limitado a asentir y de vez en cuando a hacer algún comentario, podrían haber mandado a un perro y se habrían ahorrado muchas molestias, bueno, quizá ellos no, pero yo si. Como aún queda tiempo para que llegue la hora de regresar a casa decido que no estaría mal dar una vuelta, pues no creo que aguante mucho rato quieto sin hacer nada. Además, es una buena oportunidad para conocer el lugar.
La gente con la que me cruzo me mira con desconfianza y se apartan, no se si es porque no me han visto nunca por aquí o porque me reconocen como el vencedor de los sexagesimosextos Juegos del Hambre. En su defensa, yo también me alejaría. La curiosidad me lleva hasta la aldea de los vencedores y tal y como pensaba, es idéntica a la de mi distrito, todas esas casas son exactamente iguales que la mia. Eso me produce una sensación extraña.
Me detengo en mitad de la calle, obervando el lugar. Si mal no recuerdo...Bueno, como para no recordarlo, hace dos años ganó una del doce, otro año mas en el que no conseguí que los tributos del siete sobrevivieran. Aprieto los labios y frunzo el ceño.
Los minutos pasan con lentitud y yo sigo plantado allí en medio, sin ganas de moverme. Quedan horas para volver y a este paso, terminaré muriendo de aburrimiento, el Distrito 12 es menos interesante de lo que pensaba.
Entonces escucho pasos a mi espalda y rápidamente, giro un poco la cabeza.

Otro desesperado, aburrido y tedioso día mas. El mundo había cambiado mucho para mi desde que me proclame vencedora, en realidad ya nada era igual nunca iba a ser nada igual. Y para colmo la cosecha estaba a la vuelta de la esquina. Yo no sería tributo, y aunque cualquier que tuviera la suerte de que su nombre no entrara en las urnas estaría celebrandolo yo estaba mas deprimida que nunca. Este año se sumarían dos muertes mas a mis espaldas. Porque aunque yo no fuera directamente quien asesinara a los tributos de los que tenía que ser mentora, se suponía que debía salvarlos, bueno, a uno de ellos, pero eso nunca ocurria, el distrito 12 nunca llamaba la atención lo suficiente para conseguir patrocinadores.

Suspire era horrible, este año no sabía como lo haría era una especie de tortura porque esos chicos dependían de mi pero...nunca conseguia los suficientes patrocinadores.
Cerre el libro que estaba leyendo. Siempre me evadía cuando podía, no me gustaba estar con gente, mantener una charla o hacer como que no ocurria nada y podíamos ser felices el resto del tiempo que los juegos no existian. Y quizás yo era así antes, pero desde que estuve en la arena me di cuenta de lo duro que es todo, mientras no tienes que ir al Capitolio solo rezas para que los días pasen sin que tu nombre se escuche en la cosecha, pero cuando ves lo que realmente hay fuera del distrito, es aún peor.

Me puse en pie. Debería regresar a casa, por suerte no había demasiada gente en la calle, mi camino de vuelta sería tranquilo. Algunas personas se me quedaban mirando. La pobre Minzy, la que no salía de la aldea. Verla por el distrito era extraño, tanto que acaparaba miradas. Me sentía horrible, como si todas esas miradas fueran acusadoras, era una asesina, y mi compañero de distrito había muerto, sin que yo hubiera podido hacer nada.

Mis pensamientos se detuvieron en cuanto vi a una persona mirando la aldea- Un chico. Mayor que yo. Que no era del 12, pero que yo conocía. Lo había visto antes, pero no sabría decir en donde...al menos hasta que el parecio escuchar mis pasos y se giro para mirarme. Lo había visto en el capitolio, era un Mentor. No recordaba de que distrito, ni su nombre, pero lo había visto allí. Que estaba haciendo aqui? Lo había mandado el capitolio para algo? Enarque una ceja, mirandolo desconfiada
-Puedo ayudarte? o estas contemplando la maravillosa obra de arte que el capitolio ha echo con la aldea de los vencedores? O quizás, buscas las 7 diferencias entre estas casas y la que tu mismo habitas- No era mi estilo hacer amigos, en realidad se me había olvidado como se trataba a la gente, podía ser amable, pero eso no implicaba ser simpatica. El capitolio habia matado a Minzy y solo quedaba una copia barata que sabía interpretar su papel cuando Snow lo mandaba, era un titere mas que una persona. Y dudaba que la Minzy de siempre pudiera revivir.

Lo mire cruzandome de brazos, aún con el libro en la mano. Quizás no debería ser desagradable pero era complicado, suponía que el mismo sabía lo que era todo esto, que el había pasado por lo que yo. Muertes en la arena, muertes con los tributos. En que año venceria el? Mi mente habia borrado informacion de los juegos, no quería recordarlo aunque apareciera en muchas ocasiones sin que yo lo ordenara. Me relaje. Ambos eramos mandados, seguramente el ni siquiera querría estar aqui-Vale lo siento, no soy muy amistosa, aún así, necesitas algo?

Clavo la mirada en la joven que está a mi espalda y termino de girarme, quedando frente a ella. La he visto antes, sin ninguna duda, es la vencedora de hace un par de años, lo cierto es que no recuerdo como se llamaba, pues ese año solo pensaba en sacar a alguno de los mios con vida, cosa que no conseguí.
Esbozo una sonrisa con cierto toque irónico a la par que introduzco las manos en los bolsillos del pantalón. Me encojo de hombros.
-Si pudieras hacer que el tren que me lleva de vuelta a casa llegue antes, si, podrías ayudarme, pero dudo mucho que tengas esa capacidad, así que no hay nada que puedas hacer por mi en estos instantes -respondo mordaz- Es bonita, pero no la calificaria de obra de arte, aunque viniendo del Capitolio, es de lo mejor que he visto hasta ahora, teniendo en cuenta que yo vivo en un sitio idéntico a este...Quizá mas bonito, mi hermana plantó flores alrededor de nuestra casa.
Mientras pronuncio esas palabras, mi mirada se pasea por la zona, como si tratara de encontrar las diferencias que ella acaba de mencionar. Obviamente no hay ninguna notable y de haberla, ni siquiera lo diría.

Vuelve a mirarla al escucharla hablar ¿qué no era amistosa? Bah, tonterías, estando yo ahí cualquiera resultaba amistoso, o al menos eso es lo que yo pretendo que parezca. En cierto modo entiendo como se comporta, la gran mayoría de los vencedores no tendemos a ser una compañía agradable, a ninguno, salvo quizá a excepción de los profesionales, nos gusta la idea de haber participado en los juegos, demasiados recuerdos desagradables sobre nuestros hombros.
-Tranquila, rara vez encuentras a un vencedor amistoso, los juegos ejercen un maravilloso efecto en el carácter de los que pasan por ellos. -ironizo antes de responder a su pregunta- Matar el tiempo, nada mas, salvo que puedas hacer lo que ya dije, claro.
Lo que daría yo ahora mismo porque el condenado tren llegase antes de tiempo, pero no será así, la puntualidad parece algo vital para la gente del Capitolio.
-Y bueno, señorita poco amistosa, creo que es algo maleducado por mi parte el no haberme presentado y el protocolo es muy importante ¿no crees? Soy William Burdock, detesto como suena, así que con Will basta y soy del Distrito 7,

Puse los ojos en blanco. Si seguro que unas flores hacían el motivo de vivir aqui mas bonito. Lo sentía por el, pero mis pensamientos no eran precisamente lo mas alegre que había en los distritos y si buscaba que riera sus bromas no era la persona adecuada, aunque me resultaba extraño hablar con otro vencedor, nunca antes lo habia echo y por un momento me vi tentada de preguntarle, de hablarle sobre la arena, nunca lo habia echo con nadie, nadie sabia lo que era eso, nadie podria entender el sentimiento que me invadia, y el? el podria ser capaz de entenderme?

De todos modos deseche ese pensamiento, no me fiaba de la gente, hablar de la arena de todo esto, podria llegar a oidos de Snow y lo que menos deseaba era que el creyera que estaba preparando una especie de traicion al capitolio y matara a mis padres, a mis hermanos y terminara por torturarme a mi, preferia vivir en este circo de mentiras y seguir actuando frente a ellos, como si todo fuera maravilloso mientras me escondia de mis propios vecinos, sin dejarme ver apenas por el distrito.

Si, de todos modos entendia a ese chico. Tener que ser el titere del capitolio no era agradable y cuando terminabas solo deseabas regresar para esconderte de nuevo para estar con tu familia, y dejar el distrito donde estuvieras, aunque era mejor que tener que cumplir un trabajo en el capitolio. Así que entendía sus ganas de irse, de todos modos, dudaba que fuera a irse antes de lo marcado, el capitolio cumplia sus horarios.

-puede que una flores adornen la casa, y hagan que a la vista parezca que la obra de arte que el capitolio creo sea mas vistosa e incluso acogedora, pero dudo enormemente que la haga mas bonita, creo que no hay nada que consiga mejorar este lugar- dije sería, intentando no parecer demasiado asqueada. solo intentado ser indiferente. Quizas en el capitolio era la alegre y dulce Minzy pero solo una actuación, esa chica había muerto junto a los demás tributos.

Menciono que era raro encontrar un vencedor amistoso, y sin embargo el parecía de los mas tranquilo, ni siquiera se añadio a esa lista de vencedores no amistosos, lo mire fijamente, en busca de alguna señal de si el era de esos vencedores que se alegraban de haber ganado, haber mantenido la vida y poder gozar ahora de dinero y fama, de esas personas que olvidaban a los chicos muertos en cuanto ponia un pie fuera de la arena, porque para mi, esos eguía vivo sobre todo en mis sueños.

-Mynzy Sowyer, como ves soy del 12.- respondí a su presentación, solo por intentar no ser demasiado desagradable. Pase a su lado, y suspire, no quería preguntar, pero en ocasiones sentía como no podía cayarme ciertas cosas, a veces sentía que algo me quemaba, y no podía evitar decir lo que pensaba-los vencedores somos poco amistosos...tu lo has dicho, la arena ejerce un efecto maravilloso a los que pasamos por alli- dije en un tono ironico-pero que hay de ti? no te has incluido en tus propias palabras, y no pareces de ese tipo de vencedores, no me gusta juzgar a la gente, pero no puedo evitar que llame mi atencion, de todos modos supongo que cada uno sabe como cargar con su propia culpa....- me pare a su lado y mire sus ojos, bueno, tal vez estaba precipitandome, no todos se encerraban en si mismos, otros muchos intentaban todo lo contrario, y en parte, quizas era mucho mejor que hundirse en uno mismo, lamentarse y llorar.-lo siento, no es asunto mio.- aparte de la mirada de el, y segui caminando parandome a medio camino para girarme y mirarlo de nuevo.

No era costumbre en mi ser amable, pero creí que por una vez no iba a morirme, además, yo sabía lo aburridas que eran las horas muertas en otros distritos sintiendo las miradas de los demas y pensando si esas personas serian familiares de los chicos que habías matado o que habían tenido que morir para que tu pudieras sobrevivir-quizás no sea la mejor compañia, pero puede que prefieras comer y beber algo en vez de dar tumbos por el 12 tampoco es que tengas mucho que ver...si quieres te preparare algo y te hare compañia hasta que llegue el tren, puedes considerarte un privilegiado William.- espere, sin descruzar los brazos, a que el mismo tomara una decisión.