Distrito
~3~.
Ocupación
Mentor
+INFORMACIÓN
JUGADOR
Cuentanos un poco sobre el jugador detrás del personaje, si quieres mantener algunas cosas en secreto, puedes agregar opiniones, qué esperas del rol, etcetc.
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PERSONALIDAD
La gente dice que los juegos te cambian y naturalmente eso es cierto, pero a decir verdad no existió algo 100 % natural en ello para John; él salió de su casa, con sus recién cumplidos 12 años, a la arena. Generalmente los tributos de su distrito aprendían desde pequeños a estar preparados para los Juegos, pero uno realmente nunca está del todo preparado para ello con tan corta edad. Sí, si le hubieran dado cinco años más de entrenamientos todo habría sido muy diferente. Así que si tuviera que marcarse una diferente, en su personalidad, no se encontraría demasiada; aunque todos, en su familia, tenían muy en claro que John había madurado más rápido de lo que tendría. Se había vuelto una persona increíblemente reservada, aunque de pequeño tampoco era que fuera muy abierto a los demás, por eso para su familia no sólo había sido un ‘honor’ enviarlo a los Juegos sino que algo que no sufrirían tanto como podrían sufrir muchos otros. John siempre había sido algo cerrado, porque no le gustaba compartir sus dolencias o sus intereses, pasaba mucho tiempo solo porque parecía tener un especial aprecio por la soledad y así había regresado también de los juegos, pero todo un poco más amplificado; nadie había logrado sacarle algo más que simple palabras, ni siquiera en las entrevistas, ni siquiera cuando debía pretender ser carismático y agradarle a los patrocinadores. Era hasta hosco por momentos, y no tiene problemas en mostrar desinterés hacia los demás, de hecho es muy difícil llamar su atención. Es bastante misterioso, desde donde se puede ver, siempre mostrándose silencioso a su entorno e indiferente por momentos. Honestamente no es él el que le da fama de carismático a los de su distrito, sino todo lo contrario; de hecho le entretiene mucho lo que los demás distritos piensan sobre los que están más cerca al Capitolio, y prácticamente lo fomenta. Por eso todo el mundo asume que está del lado de ellos, cuando en realidad John es una persona muy independiente y tiene pensamientos muy aislados a lo que los demás piensan; no los odia por no detener los juegos, simplemente no los aprecia lo suficiente así como tampoco aprecia a todos aquellos quienes pasan quejándose por todo lo malo que sucede. Por otro lado, y a pesar de todo, ha lamentado la muerte de su hermana: todas las noches recuerda cómo es asesinada en los Juegos, cómo él no puede hacer nada para detenerlo y cómo no tiene formas de vengarse puesto que su asesino había sido asesinado en aquel lugar también. Ella era en sí, la única persona que amaba de su familia y si bien le tenía respeto a su padre, él era nada más que alguien que vivía y respiraba por el Capitolio, así había muerto también y su madre, ella se había largado alguna vez; rumores comentaban que había engañado a su padre con otro, habían intentado huir a las afueras y había terminado como Avox. John jamás se había molestado en averiguarlo.
HISTORIA
Nacido en el Distrito número 3, se podría decir que John nació en la fortuna de los que habitan el lugar, pero quienes podrían añorar lo que ellos tenían ignoraban que él como algunos otros tenían todo menos afecto de sus progenitores. Aunque a decir verdad se podría decir que su madre, cuando era pequeño tendía a malcriarlo un poco pero eso no quería decir nada realmente porque cuando él se había ido a los Juegos, ella se había ido de sus vidas; quizás había creído que él moriría o algo similar, y por eso simplemente los había dejado, considerando que Meredith podría vivir con su padre sin dilemas teniendo en cuenta el afecto intachable que le tenía. Tal vez hubiera sido así, pero para un pequeño John que regresaba de haber asesinado a más personas de las que alguien normal debería, lo mínimo que necesitaba era saber que su madre los había abandonado.
Al comienzo, cuando había regresado, había tenido pesadillas sobre todos los sucesos en los Juegos todas las noches y luego simplemente habían pasado a medida que había comenzado a a crecer y aceptar que, había hecho lo que tenía que hacer por muy malo que hubiera sido, había hecho lo que cualquiera habría hecho para sobrevivir, lo mismo que los demás habían hecho pero no habían conseguido. No se arrepentía aún así, porque había sobrevivido y se había llevado la gloria de triunfar, así como dinero y mucho respeto de los demás, porque había sido simplemente un mocoso cuando había ganado. A pesar de ello había seguido entrenando, esta vez entrenando de verdad y había sido mentor el próximo año pero no habían ganado, porque él tampoco había sido el mejor mentor, era simplemente un mocoso que se las había arreglado con uña y diente para ganar; pero había crecido como persona, como hombre, y ahora podría matar a cualquiera en una pelea callejera inclusive. No le importaban esas cosas, se le hacían triviales; pero no quería aquello, que pudiera hacerlo no quería decir que fuera a hacerlo o que tuviera interés de hacerlo. No se había vuelto un asesino diario, simplemente un superviviente.
Por eso en el momento en el cual su hermana fue elegida, se había quedado helado observando como subía al estrado con el otro tributo y se había quedado observándola con atención, una atención que ella había notado, como si leyera sus pensamientos, había negado con la cabeza y él había visto una especie de chispa llena de felicidad al ver como su padre aplaudía feliz de la vida de enviar a su hija a aquella masacre. Ese día había comprendido que odiaba a su padre por sobre todas las cosas en la faz de panem, que deseaba plenamente jamás ser el padre que él era porque nadie, absolutamente nadie debería alguna vez sentirse feliz de perder a sus hijos en un campo de batalla de aquel tipo. John había bajado su mirada y simplemente había dejado que se la llevaran porque ella lo quería, y él sabía que no podía quitárselo, por mucho de que supiera que iba a perderla; ella era demasiado precipitada, y lo demostraría todo, no guardaría nada y ese sería su peor error. Así fue como todos los días observó y siguió a su hermana a través del televisor, así fue como siguió la muerte de ella también. Perderla había sido un click, y poco después su padre había muerto ‘trabajando’ pero él bien sabía la verdad sobre ello. Aún así para el tiempo en el cual esos juegos se llevaron acabo, John salía con una chica de largos cabellos rojos, hermosa, increíblemente hermosa y disfrutaba de su compañía; de hecho sabia que si no la hubiera tenido, quizás, no habría sido el mismo si bien tampoco jamás había sido el mejor en ningún aspecto. Había entrado a varios ciudadanos que buscaban entrenamiento privado, y había recibido dinero por ello; claramente aquello estaba prohibido pero todos sabían que, en los primeros distritos se entrenaban para los juegos toda su vida y alguien debía hacerlo. Alguien a quien no le importara nada, y ese, ese era John Shistron.
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