DISTRITO
Distrito 11
OCUPACIÓN
Estudiante
+INFORMACIÓN
JUGADOR
Sinceramente no soy alguien a quien le guste hablar de si mismo, si alguien quiere saber, simplemente ha de conocerme ¿no?. Simplemente deseo pasarlo bien en el rol, y conocer gente a quien poder llevarme como amigo.
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PERSONALIDAD
¿Cómo soy? ¿De verdad creéis que es fácil describirse uno a si mismo? Lo voy a intentar, pero no prometo que la descripción sea totalmente acertada, tendréis que conocerme para saberlo. Empecemos por decir que soy un chico al que pocas cosas le cabrean de verdad. Siempre ando con una sonrisa en los labios, por todo sonrío, incluso cuando se meten conmigo, les dedico una sonrisa. ¿Por qué? Porque la vida es demasiado dura ya por si sola como para aumentarlo si te jode lo que los demás comentan sobre ti. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio, ese es mi lema. Si alguien tiene la sencilla idea de intentar pasar un buen rato con una disputa conmigo, puede irse por donde ha venido, porque nunca pasará. Suelo ser pacífico, excepto cuando tocan algo que no deben tocar jamás, como mi familia o mis amigos. Ahí quizá saque el león que llevo dentro. No me las doy de super valiente, pero pocas cosas me dan realmente miedo. Quizá ahora podemos hablar de mi sentido del humor. Tengo mucho, me gusta estar siempre contando chistes o gastando bromas, no demasiado pesadas. No me gusta ver a nadie mal, llorando o bajoneado, por lo que cada vez que eso pasa, intento hacerle cambiar de humor contándole alguna de mis tonterías, que son muchas. Suelo hacer el tonto constantemente, por lo que mucha gente me ha calificado de inmaduro. No digo que sea el tipo más maduro del mundo, pero tengo los pies sobre la tierra y se lo que quiero. Que haga el payaso constantemente no quiere decir que tenga el síndrome de peter pan, aunque en realidad mi alma de niño siga dentro de mi. Soy maduro para las cosas importantes e inmaduro cuando no tengo nada importante en mente. Mi timidez, porque si, puedo ser todo un payasete, pero cuando se trata de chicas, si, chicas, mi timidez sale a relucir cual luciernaga en una noche oscura. No es que no me guste hablar con las chicas, es solo que no puedo hacerlo. Cuando tengo una chica delante, que no se trate de mi hermana me cuesta muchísimo abrirme. Me empiezan a sudar las manos, tartamudeo, enrojezco... todo un show si lo miras desde otro plano, pero para mi es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo. Es por eso que he tenido pocas relaciones, quizá ninguna. Cabe añadir que jamás me he enamorado, y no es porque no crea en el amor, si no porque se que éste aún no ha llegado, o eso es lo que yo creo, aunque tampoco es que tenga demasiadas ganas, con el lío que tengo en casa. Algún día quizá ¿no?. Me encanta jugar, gritar, mimar a los demás, adoro que me abracen, que me mimen, que me hagan regalos, que me reciban con un beso, que salten sobre mi, pelear de broma. Adoro levantarme tarde, abrazarme a la almohada. Odio que me digan lo que tengo que hacer, que me despeinen, que me digan cosas evidentes como "tienes un grano aquí" o "te has manchado allá". No me gusta nada que me intenten mangonear, que no me pidan las cosas por favor o que me exijan hacer algo que no quiero hacer. ¿Qué más? Oh, si, sobreprotector, mucho. A mi hermana nadie la toca, nadie la hiere. ¿Por qué querría que pasase eso? Quizá esa es la cosa que más furioso me pone, la cosa que saca al Jer más odioso que llevo dentro. No querríais verlo.
HISTORIA
Jeremy jamás conoció a su padre. Su padre, aquel hombre que perdió su vida en los juegos, dejó antes de irse embarazada a la mujer que amaba, hace ya 18 años. Había sido un completo error según la mujer. ¿Qué iba a hacer ahora ella con un niño y sin comida? Aun así lo tuvo, no le quedó más remedio que hacerlo, y lo quiso, porque tampoco tuvo otra opción al verle. Fue un 16 de Septiembre cuando el pequeño cobró vida, y ella, al ver sus ojos azules, se negó a odiarlo. Tiempo después, 7 u 8 años nada más, conoció a otro hombre, otro que logró hacer que su madre se olvidase del hombre que murió en los juegos. Éste hombre tenía un hijo. Uno que llamó la atención de Jeremy por su rizado pelo, largo y sedoso. Demasiado sedoso para el sitio donde vivían. Pronto se casaron y tuvieron una niña, a la cual Jeremy adoró por encima de todas las cosas. Vale que no era su hermana, que tenía otra sangre mezclada con la propia, pero para él era importante. La mimó y cuidó siempre, aunque a su padre no le tuviese mucho aprecio. No era un hombre simpático, de ninguna forma, y en muchas ocasiones lo había golpeado a lo largo de su vida, incitado por el alcohol y otras drogas. Siempre intentó proteger de aquello a Delilah, que fue como llamaron a la pequeña, pero él no se atrevía a ponerle la mano encima, quizá porque era suya, quien sabía. La cuestión era que a Jeremy no le tenía mucho aprecio. Su madre era ciega, no veía más allá de lo que no quería ver, por lo que se hizo creer a si misma que los golpes y moratones del cuerpo de Jeremy eran causados por las múltiples peleas que ella suponía que tenía fuera de casa. Nada más lejos de la realidad. Jeremy, a pesar de todo, era un chico tranquilo y sonriente. Nadie fuera de su casa podía imaginar lo que tenía dentro. En muchas ocasiones deseó estar en los juegos en lugar de allí, soportando los golpes de aquel tipo. Hugo, el chico de pelo rizado, tampoco sufría el maltrato de su padre. Lo adora. Ya lo adoraba cuando llegó a su vida. Nada más conocerse se hicieron buenos amigos, una relación que se ha ido estrechando con los años. Son inseparables, como uña y carne. Jeremy siente la necesidad de protegerle de todo, de todos. En el fondo no le culpa por el padre que tiene, tampoco por no meterse en medio ante los golpes. Tampoco querría eso. Muchas veces ha llegado a pensar que es su alma gemela. En todos sus años, nunca participó en los juegos, quizá suerte, cosa del destino, que era muy cabrón. Solo le queda un año para pasar por ellos, si no lo hace, jamás podrá. Vive con el miedo de que sus hermanos, de 14 y 16 años de edad, puedan salir elegidos para participar, puesto que aún les quedan años de juegos por delante.
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